LOS ANIMALES SON SERES VIVOS PLURICELULARES CON CÉLULAS EUCARIOTAS SIN PARED CELULAR. EN GENERAL, TIENEN TEJIDOS ESPECIALIZADOS. SU NUTRICIÓN ES HETERÓTROFA INGIRIENDO SU ALIMENTO. LOS ANIMALES SE MUEVEN POR SÍ MISMOS EN ALGÚN MOMENTO DE SU VIDA. NORMALMENTE PRESENTAN REPRODUCCIÓN SEXUAL.
El reino de los animales es un grupo muy grande de seres vivos que comparten varias características, aunque puedan parecer muy diferentes unos de otros.
Los animales están formados por células eucariotas que tienen el material genético dentro de una estructura llamada núcleo.
Las células de los animales son de muchas formas distintas y no están rodeadas por una pared celular. Tampoco tienen cloroplastos, los orgánulos que sirven para hacer la fotosíntesis. Sin embargo, sí tienen centrosoma, un orgánulo que participa en la división celular.
Los animales son pluricelulares. Sus células están organizadas en tejidos, excepto en el caso de los poríferos. Normalmente, pero no siempre, estos tejidos forman órganos que pueden estar organizados en sistemas.
Los animales son heterótrofos porque se tienen que alimentar de otros seres vivos para obtener los nutrientes y la energía que necesitan.
Los animales tienen un alto nivel de relación con el ambiente, gracias a sus sentidos altamente desarrollados. Normalmente se mueven de un sitio a otro.
La reproducción más habitual en animales es la sexual (con gametos masculinos y femeninos), pero también la reproducción asexual se da en algunos casos.
LOS ANIMALES SON HETERÓTROFOS QUE INGIEREN SU ALIMENTO, ES DECIR, LO INTRODUCEN EN EL INTERIOR DE SU CUERPO. TRAS ELLO, LO DIGIEREN PARA PODER ABSORBER LOS NUTRIENTES QUE NECESITAN. LOS ANIMALES OBTIENEN EL OXÍGENO NECESARIO DEL AIRE O DEL AGUA CON ESTRUCTURAS ESPECIALIZADAS, COMO PULMONES O BRANQUIAS. MUCHOS ANIMALES TIENEN SISTEMAS ESPECIALIZADOS PARA LA MOVER SUSTANCIAS POR EL INTERIOR DE SU CUERPO Y PARA EXPULSAR LAS QUE NO NECESITAN.
Los animales, como todos los seres vivos, necesitan energía para realizar sus funciones vitales y seguir vivos. Esta energía se consigue mediante la alimentación y la digestión. Los animales encuentran comida y la introducen en sus cuerpos. Los animales complejos tienen un sistema de órganos para transformar la comida en sustancias simples que se pueden absorber. Se trata del sistema o aparato digestivo. Las sustancias simples producidas se llaman nutrientes y los animales pueden obtener energía de ellos. Los animales sencillos, las esponjas por ejemplo, no tienen sistema digestivo, así que tienen que introducir el alimento directamente dentro de sus células y digerirla allí.
Los sistemas digestivos pueden ser muy diferentes. Algunos animales tienen simplemente una cavidad gástrica con una sola abertura para mover el agua con el alimento dentro y fuera de su cuerpo. Este es el caso de una medusa. Otros animales tienen tubos digestivos con dos aberturas diferentes, una para la entrada del alimento (la boca) y otra para la expulsión de los restos que no han sido digeridos o absorbidos (el ano). Los tubos digestivos pueden tener también diferentes complejidades, con o sin glándulas digestivas que producen jugos que ayudan a la digestión.
Los animales necesitan conseguir oxígeno para obtener la energía de los nutrientes que hay en sus células. Los animales acuáticos cogen el oxígeno que está disuelto en el agua. Los animales terrestres cogen el oxígeno del aire. En consecuencia, hay cuatro posibles sistemas respiratorios para obtener oxígeno:
A través de la piel o la superficie corporal. Tiene que ser muy fina y estar húmeda.
Mediante branquias, que pueden coger el oxígeno del agua que pasa a través de ellas.
Mediante tráqueas, que son tubos muy finos que llevan el aire a través del cuerpo del animal.
Mediante pulmones, que son órganos esponjosos con millones de cavidades minúsculas donde tiene lugar el intercambio de gases entre el aire y el interior del cuerpo.
La mayoría de los animales tienen órganos especializados y sistemas para transportar los nutrientes por su cuerpo (circulación) y para expulsar al medio las sustancias de desecho que produce el organismo (excreción).